Aunque debo confesar que no me gusta el mar, me fascina ver tu silueta reflejada en él, tan presente que el movimiento de las olas se confunden con tus brazos, tan vivo como los rayos del sol que penetran la superficie acuática del escenario creado por los dos, solo para ambos. Tan loco como las ganas de adentrarme en su profundidad y gritar en burbujas cuanto te amo; tan romántico, tan constante; y aun así tan mío.
Tan mío como las manos que se extienden cuando mi alma no puede contenerse por tocarte, tan libre como las notas lanzadas al aire con un eco obligado que te vuelve celestial. Pensándolo bien, creo que empiezo a apreciar el paisaje, porque lo veo contigo, porque lo veo en tus ojos; justo cuando cae el sol, ni rápido ni lento; tal y como alguna vez un amigo lo describió para mí. Viene siendo exactamente igual, pero ya no me da lo mismo; el sinsentido que mi creatividad abrazaba llenando con detalles un espacio antes vacio, a través de las palabras, esas misteriosas que al mismo tiempo son frases y oraciones con un mismo sonido, que hacen vibrar a la interpretación dejando volar la imaginación. Ese mismo sinsentido que ya es un viejo conocido, se transforma en el tan esperado sentido; para no confiar solamente en la demencia escondida; disfrazada de una particular singularidad.
Y cómo no amarlo, si te encuentras dentro de él, tan adentro como cuando siento que mi cuerpo se envenena de tu piel, tan cerca como tu aliento que se pierde en el mío, tan fuerte como la respiración de dos corazones que se entrelazan entre sí, siempre así… tan mío.
Mi próximo viaje lo haré a tu lado, definitivamente contigo; porque detienes los minutos en un latido, alargas los segundos con un gemido, ahogas mis sentidos en el océano de lo perdido y nace en mí la locura existencial del espíritu.
Quizá regrese cada atardecer para grabar el momento en que te quise, mojado, despeinado, natural; lavándonos la máscara que nos esconde con el agua salada que hasta ahora despreciaba; quizás intente dibujarte en la arena y sentir que estás conmigo. Posiblemente ni siquiera vuelva, olvidando las huellas en el camino que te permiten regresar, y con el tiempo llegue a perdonar a esta memoria olvidadiza que se inunda de tus besos,pero sigue siendo un poco inútil con lo ajeno. Talvez como sea, mis siguientes pasos los camino contigo, finalmente contigo, cercano o lejano, tan imborrable, tan espontaneo, tan propio; tan indudablemente mío.
...porque mis palabras tienen melodia...
"The Strings Of Spain"- In Credo
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