Al fin tengo las agallas de describirme por completo, o quizá solo hasta ahora empiezo a conocerme. Es como dormir con un extraño quien hoy al despertar tuvo la amabilidad de presentarse con un beso en la frente para tranquilizarme; y porque ahora reconozco que no tengo mucho que decir por las mañanas, porque mi creatividad nocturna gastó todas las palabras, ofreciéndome apenas un "buenos dias"; y las uso junto con una sonrisa a medias, porque todavia estoy aprendiendo la espontaneidad de mis minutos. Estoy convencida que un buen amanecer no necesariamente se mantiene hasta llegar a cerrar mis ojos, pero me da las fuerzas que requiere disfrutarme como propia compañia. No significa que sea del todo emocional, confieso que uno de los tantos matices que ahora entiendo, tiene su lado consumista. no me gusta la cerveza, y la prefiero si se trata de un momento con amigos de verdad, no entiendo los dias sin café o un buen despeje espiritual, detesto los semaforos , aprovecho cada op...