Lucas, sus huracanes El otro día instalé una fabrica de huracanes en la costa de La Florida, que se presta por tantas razones, y ahí nomás hice entrar en acción los helicoides turbinantes, los proyectarráfagas a neutrones comprimidos y los atorbellinadores de suspensión coloidal, todo al mismo tiempo para hacerme una idea de conjunto sobre la performance. Por la radio y la televisión fue fácil seguir el derrotero de mi huracán (lo reivindico expresamente porque nunca faltan otros que se pueden calificar de espontáneos), y ahí te quiero ver porque mi huracán se metió en el Caribe a doscientos por hora, hizo polvo una docena de cayos, todas las palmeras de Jamaica, torció inexplicablemente hacia el este y se perdió por el lado de Trinidad arrebatando los instrumentos a numerosas "steel bands" que participaban en un festival adventista, todo esto entre otros daños que me impresiona un poco detallar porque lo que me gusta a mí es el huracán en ...